دانلود کتاب Las piedras de Tiahuanaco. Arquitectura y construcción de un centro megalítico andino
by Jean-Pierre Protzen, Stella Nair, (auts.), Jimena Ledgard, (trad.)
|
عنوان فارسی: سنگهای تیاهواناکو. |
دانلود کتاب
جزییات کتاب
y hábiles del mundo. Su precisión compite con la de los incas hasta el punto que
desde los cronistas españoles del siglo dieciséis hasta los escritores del siglo veinte han
afirmado que Tiahuanaco no solo sirvió a los incas como modelo de arquitectura y
mampostería, sino que estos incluso importaron albañiles de la cuenca del Titicaca
para que construyeran sus edificaciones. Después de haber trabajado por más de una
década con la arquitectura y técnicas de construcción de los incas, dirigí mi atención
hacia Tiahuanaco porque quería evaluar estas afirmaciones. Es por esto que Elsbeth
Protzen y yo emprendimos una excusión inicial a Tiahuanaco en 1993 para investigar
la supuesta influencia sobre los incas. Durante las pocas semanas que pasamos en
Tiahuanaco, registramos una serie de uniones de mampostería y analizamos, medimos
y fotografiamos distintas piedras. Este material fundó las bases de un estudio que presenté en el XXXIV Encuentro Anual del Instituto de Estudios Andinos en Berkeley,
en enero de 1994, llamado «¿Quién le enseñó a los albañiles Inca sus habilidades?».Las piedras de Tiahuanaco: Arquitectura y construcción de un centro megalítico andino
12
En esta investigación presenté por primera vez la hipótesis de que los cortes de piedra y la mampostería inca eran una invención indígena que no había derivado de la
cultura Tiahuanaco1.
A pesar de las diferencias entre el trabajo de piedra y la mampostería tiahuanaco e
inca, mi argumento no ayudó a responder la pregunta de cómo habían construido sus
monumentos los tiahuanaco, cómo habían extraído, cortado y encajado las piedras,
ni se refería a la pregunta de cómo la diferencia entre las técnicas de construcción de
los incas y los tiahuanaco había afectado sus respectivas arquitecturas. La bibliografía
sobre la arquitectura tiahuanaco es escasa e inexistente cuando se trata de la tecnología de construcción; y, al haber argumentado que la construcción tiahuanaco se
diferenciaba de la de los incas, me sentía obligado a elaborar un poco más sobre el
tema y responder a mis propias preguntas. En 1994, Stella Nair, en aquel entonces
una estudiante doctoral del Departamento de Arquitectura de la Universidad de California-Berkeley, se unió a mis viajes a Tiahuanaco y trabajamos juntos durante siete
temporadas de campo. Su asistencia llevó a una productiva colaboración y a la coautoría del presente trabajo. Más aun, Stella contribuyó con una serie de experimentos que
buscaban replicar los maravillosos logros de la mampostería Tiahuanaco: superficies
completamente planas, ángulos rectos exteriores e interiores absolutamente perfectos,
y una precisión de aproximadamente un milímetro. Las lecciones que aprendí de
estos experimentos fueron especialmente valiosas para nuestra apreciación y entendimiento de las habilidades y conocimientos de los mamposteros, especialmente sobre
geometría y matemáticas. Nuestro detallado análisis de las piedras utilizadas para la
construcción fue arrojando nuevas luces sobre la arquitectura de Tiahuanaco, incluyendo su apariencia, reglas de composición, cánones y producción.
Creemos que nuestro estudio arquitectónico ha llenado un vacío importante
en el entendimiento de la cultura material Tiahuanaco. No podemos afirmar, sin
embargo, que nuestro trabajo esté completo. Como verá el lector, todavía quedan
muchas preguntas sin responder. Desafortunadamente para los investigadores futuros, la zona de Tiahuanaco ha atravesado algunos cambios bastante drásticos desde
nuestra investigación. Se ha construido un museo nuevo bastante más grande y, en
un esfuerzo por «sanear» el sitio para el turismo —especialmente el monumento
de Pumapunku—, se han «limpiado» las ruinas. En Pumapunku, las piedras han
sido retiradas de las posiciones en que los planos y dibujos del siglo diecinueve
las muestran y donde habían permanecido hasta hace poco. Más aun, el segmento
al que nos referimos como la Zona de Plataforma de Pumapunku ha sido completamente remodelado siguiendo un criterio sin mayor experiencia (ver el epílogo).
1 Una versión revisada de esta investigación fue luego publicada con Stella Nair (Protzen & Nair, 1997,
pp. 146-147).Jean-Pierre Protzen y Stella Nair
13
Es por esto que buena parte de nuestra descripción de Pumapunku (y otras partes
del sitio arqueológico) deberá ser leída en pasado; por lo que frases como «hay filas
de piedras» deberían leerse ahora como «alguna vez hubo filas de piedras». En este
sentido, nuestro texto es histórico: es el registro de una situación que ya no existe, por
lo que no hemos intentado ajustar nuestro texto a la situación actual.