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Por los jueces, o mejor dicho, en los tribunales se ventilan asuntos de la más variada ín-dole. Seriamos unos ilusos si pensáramos que los juristas que trabajamos en los tribunales (Jueces, Fiscales, abogados) somos algo así como unos “omnisabios”, que, con dos lecturas y unos meses de estudio, sabemos de todo, desde medicina, pasando por psicología, valora-ciones de bienes o incluso que somos unos cuasi adivinos para distinguir aquellos que nos mienten cuando declaran de aquellos que no lo hacen…. Absurdo ¿verdad? , pues, porque no tenemos esos conocimientos, ni dotes sobrenaturales es por lo que nos son tan necesarios las aportaciones de los peritos en las diferentes causas, sean del orden jurisdiccional que sean, pero, ojo, no nos llevemos a engaño, por muy cualificado que sea el perito su criterio no es Ley y su criterio no sustituye la decisión del juez, además, sus informes deben ser valorados por los tribunales que someterán la pericia, como cualquier otra prueba, a un examen critico de coherencia y racionalidad, y será en definitiva el juez el que determine si el perito le ha convencido o no, de este o aquel criterio