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En la Argentina, a la fecha de aparición de este libro (Abril de 2015), había más de 1900 presos políticos. Luego ingresaron varias decenas más. En la última parte de este documento se fundamenta porqué se afirma que estas personas son presos políticos. Los mismos siguen presos bajo el gobierno de Mauricio Macri (que es posterior a este libro: Mauricio Macri inició su gobierno el 10 de diciembre de 2015)De dichos presos políticos, al tiempo de publicarse este libro ya habían muerto 291 (y 109 más bajo el régimen neoliberal de Mauricio Macri: 400 a julio de 2016), por falta de una adecuada atención de su salud, en diferentes etapas del cautiverio y/o procesos pseudojudiciales a los que son sometidos. Esto significa que bajo el kirchnerismo ha fallecido casi el 16 % del total de Presos Políticos y bajo Macri casi 4% más: en suma, 20% de esos presos han sido muertos bajo el cautiverio y sevicias.La edad de los presos políticos va de los 54 años a los 92 años. Su edad promedio es de 72,7 años. Hay más de 300 entre 70 y 79 años y más de 230 que superan los 80 llegando a los 88 años de edad (entre los cuales más de 150 se encuentran en penales comunes, donde no cuentan con los medios necesarios para atender su salud).Se los está encarcelando en prisiones con una población cuya edad promedio no supera los 30 años. A esos jóvenes delincuentes se los azuza para pegar a los ancianos a quienes se calumnia como fuera de la "ley", y muchas bandas de los jóvenes aprovechan gustosos esa oportunidad para divertirse en una suerte de "tiro al negro".Ni las prisiones, ni el personal que las administra, están preparados para el trato con una población del doble de la edad promedio de la que tienen. Su "verduguismo" contrasta con el trato respetuoso que los ancianos recibían en la sociedad en la cual habían crecido y trabajado.Todos los presos políticos se declaran inocentes de haber cometido delito. Todos comprenden la maniobra ideológica con cuya excusa se los tortura y victimiza. Jueces y fiscales conocen también perfectamente lo que están haciendo y colaboran alegremente por razones supuestamente "ideológicas".Hay procesados que han superado los 14 años de prisión preventiva, con más de 150 Presos Políticos con más de 6 años de prisión preventiva, llegando algunos a los 15 años de cumplimiento de la misma, lo que constituyen verdaderas condenas anticipadas. El promedio de las prisiones preventivas es de: 4,3 años.Se puede ver que hay una intención del gobierno (y de los jueces y fiscales) de mantener efectivamente detenidas a personas que largamente superan los 70 años, incluso que pasan de los 80 años.En todo el país el Servicio Penitenciario Federal no tiene ningún otro preso con más de 70 años. Los únicos son los perseguidos por este tipo de causas.El promedio de edad de los presos comunes ronda los 30 años.Tanto el Servicio Penitenciario Federal, como las prisiones que administra no están preparados para tener prisioneros que tienen un promedio de edad de más de 70 años.La atención médica que el sistema penitenciario provee no cubre las mínimas necesidades de un hombre de más de 50 años, menos aún de más de 80.Mueren dos o tres presos políticos por mes.Todo lo dicho configura verdaderas penas de muerte encubiertas y todas las autoridades lo saben. Saben que se trata de una venganza de factores internacionales contra quienes defendieron el nacionalismo en la Guerra Civil Argentina, 1969-1989. A esa guerra no se la nombra, se silencia su nombre, y anticonstitucionalmente se inventan causas penales imprescriptas para juzgarlos fuera de su fuero natural.El siguiente material proviene del aporte de familiares de presos políticos de la Argentina y de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) preocupadas e indignadas testigos de esta ilegalidad.LO QUE SIGUE ES UN MUESTRARIO DE LOS EXTREMOS A LOS QUE HA LLEGADO LA PERSECUCIÓN Y LAS SEVICIAS A LAS QUE SON SOMETIDOS aun ahora, en la continuidad con cambio de presunto signo ideológico con que el gobierno de Mauricio Macri continúa al de los Kirchner. Por alguna extraña razón esta persecución y sevicias no se reflejan en NINGUNO de los informes de organizaciones como Amnesty, Human Rights Watch, FIDH, CELS y otras que, supuestamente, se dedican a detectar y denunciar todas las violaciones a los derechos humanos.