دانلود کتاب Informe de la UNESCO Sobre la Ciencia Hacia 2030 - Panorámica de América Latina y el Caribe
by Guillermo A. Lemarchand, Luc Soete, Susan Schneegans, Deniz Eröcal, Baskaran Angathevar, Rajah Rasiah, Harold Ramkissoon, Ishenkumba A. Kahwa, Renato Hyuda de Luna Pedrosa y Hernan Chaimovich
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عنوان فارسی: گزارش یونسکو در مورد علوم به سوی 2030 - مروری بر آمریکای لاتین و کارائیب |
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جزییات کتاب
económica posterior a 2008 en los países desarrollados, de los que tienen una fuerte dependencia comercial. Una vez cumplidas sus obligaciones de deuda, el Estado dispone de escasos recursos que dedicar al desarrollo socioeconómico. Además, muchos de estos países dependen en gran medida de los ingresos derivados del turismo y de la transferencia de fondos desde el exterior, que están sujetos a una gran volatilidad. La región es vulnerable a desastres naturales. Debido al carácter vetusto y costoso de las infraestructuras energéticas basadas en los combustibles fósiles, así como a la fuerte vulnerabilidad de estos países al cambio climático, las energías renovables constituyen un campo de investigación de evidente interés de cara al futuro. El Plan del Centro de
Cambio Climático de la Comunidad del Caribe (2011-2021) para la reducción de los efectos del cambio climático y el desarrollo resiliente supone un importante paso en esta dirección. La sanidad constituye otra prioridad principal, y la región puede presumir de contar con varios centros de excelencia en este ámbito. Uno de ellos, la Universidad de St Georges, produce el 94% de las publicaciones de referencia de toda Granada. Gracias al impresionante aumento de la producción científica de esta universidad en los últimos años, actualmente Granada sólo está por detrás de Jamaica, de mayores dimensiones, y de Trinidad y Tobago, en cuanto al volumen de publicaciones catalogadas a nivel internacional. Uno de los retos más importantes de la región será desarrollar una cultura de investigación más dinámica. Incluso Trinidad y Tobago, más próspera en comparación, gasta solamente un 0,05% del PIB (2012) en I+D. En la mayoría de los países, la mala calidad de los datos obstaculiza la elaboración de políticas de CTI basadas en datos empíricos. Los focos de excelencia investigadora existentes en universidades y empresas deben más al dinamismo de personas concretas que a un marco normativo específico.
El Plan estratégico para la Comunidad del Caribe (2015-2019) es inédito en la región. Este documento de planificación aboga por fomentar la innovación y la creatividad, el espíritu empresarial, la alfabetización digital y la inclusión. Los países del CARICOM tienen mucho que ganar con un planteamiento de CTI auténticamente regional, reduciendo las duplicaciones innecesarias y promoviendo las sinergias en la investigación.
Ya existen algunos cimientos sobre los que construir, como por ejemplo la Universidad de las Indias Occidentales, de ámbito regional, y la Fundación Caribeña de Ciencia.
El desarrollo socioeconómico en América Latina (Capítulo 7)se ha ralentizado tras una década boyante, sobre todo para los exportadores de productos básicos de la región, aunque la producción y las exportaciones de alta tecnología siguen siendo marginales en la mayor parte de los países latinoamericanos.
No obstante, las políticas gubernamentales están poniendo cada vez más la mira en la investigación y la innovación. En la actualidad, varios países tienen implantados instrumentos de política de CTI de carácter sofisticado. Además, la región está liderando iniciativas para comprender y promover el rol de los sistemas de conocimiento indígenas para el desarrollo.
Sin embargo, aparte del Brasil (capítulo 8), ningún país latinoamericano posee una intensidad de I+D comparable al de las economías de mercado emergentes dinámicas. Para reducir esta brecha, los países deben empezar por aumentar el número de investigadores. Por tanto, resulta esperanzador que la inversión en enseñanza superior vaya en aumento, como también ocurre con la producción científica y la colaboración científica internacional.
El modesto nivel de patentes registradas en América Latina pone de manifiesto una falta de vocación por la
competitividad basada en la tecnología. No obstante, puede apreciarse una tendencia hacia un mayor registro de
patentes en sectores relacionados con los recursos naturales como la minería y la agricultura, en gran medida a través de instituciones públicas de investigación.
A fin de posibilitar un aprovechamiento más eficaz de la CTI para el desarrollo, algunos países latinoamericanos
han adoptado medidas destinadas a respaldar sectores estratégicos como la agricultura, la energía y las TIC,
incluida una concentración estratégica en biotecnologías y nanotecnologías. Algunos ejemplos son la Argentina,
el Brasil, Chile, México y el Uruguay. Otros países están tratando de captar financiación para ciencia e investigación con el objetivo de expandir la innovación endógena,como por ejemplo Panamá, el Paraguay y el Perú, o promoviendo estrategias de mayor amplitud para fomentar la competitividad, como por ejemplo en la República
Dominicana, El Salvador.
Las tecnologías que promueven el desarrollo sostenible constituyen una prioridad emergente en toda América
Latina, sobre todo en el ámbito de las energías renovables, aunque la región deberá hacer mucho más si quiere cerrar la brecha que existe con los mercados emergentes dinámicos en el ámbito de las industrias tecnológicas. Un primer paso en esta dirección será infundir una mayor estabilidad en la elaboración de políticas de CTI a largo plazo y evitar la proliferación de estrategias e iniciativas.
El Brasil (capítulo 8) se enfrenta a una desaceleración económica desde 2011 que ha afectado a su capacidad de
seguir impulsando un crecimiento socialmente inclusivo. La desaceleración fue provocada por la debilitación de los mercados internacionales de productos básicos, unida a los efectos negativos de políticas económicas encaminadas a impulsar el consumo. En agosto de 2015, el Brasil entró en
recesión por primera vez en seis años.
La productividad de la mano de obra se estancó a pesar de aplicarse una serie de políticas para reanimarla. Dado que los niveles de productividad constituyen un indicador de la tasa de absorción y generación de innovación, esta tendencia hace pensar que el Brasil no ha conseguido aprovechar la innovación para su crecimiento económico. La experiencia brasileña es similar a la de la Federación de Rusia y Sudáfrica, donde la productividad de la mano de obra se ha estancado desde 1980, al contrario que en China e India.
Aunque la intensidad de I+D del Brasil en sectores tanto públicos como empresariales se ha incrementado, la relación GBID/PIB no consiguió alcanzar el objetivo establecido por el Gobierno del 1,50% en 2010 (fue del 1,15% en 2012), y es muy poco probable que las empresas vayan a aportar el 0,90% deseado del PIB para 2014 (0,52% en 2012). En realidad, las empresas tanto públicas como privadas vienen declarando caídas en la actividad de innovación desde 2008. Entre los objetivos establecidos por el plan cuatrienal Brasil Maior (Brasil
más grande), sólo se han registrado avances tangibles en el relativo a la ampliación del acceso a Internet de banda ancha fija. De hecho, la proporción del Brasil en las exportaciones mundiales ha disminuido (véase también cuadro 1.6).
Los esfuerzos del Gobierno por superar la rigidez del sistema de investigación público creando una nueva categoría de órganos de investigación autónomos (“organizaciones sociales”) que allane el camino para que las instituciones de investigación apliquen métodos de gestión modernos y desarrollen vínculos más estrechos con la industria han generado algunos éxitos en disciplinas como las matemáticas aplicadas o el desarrollo sostenible. Sin embargo, la excelencia investigadora sigue concentrada en un puñado de instituciones ubicadas principalmente en el sur. Aunque el volumen de publicaciones brasileñas ha aumentado en los últimos años, el registro de patentes por parte de brasileños en mercados internacionales clave sigue siendo reducido. La transferencia de tecnología desde instituciones públicas de investigación al sector privado sigue constituyendo uno de los principales factores de innovación en disciplinas que van de la medicina a la cerámica, pasando por la agricultura y la perforación para la extracción de petróleo en alta mar. Desde 2008 se han establecido dos
laboratorios internacionales para fomentar el desarrollo de las nanotecnologías. Actualmente, las universidades tienen la capacidad de desarrollar materiales a nanoescala para la administración de medicamentos, pero dado que las compañías farmacéuticas del país no poseen capacidades de I+D internas, las universidades deben colaborar con ellas para introducir en el mercado nuevos productos y procesos.