دانلود کتاب Domesticación colonial y resistencia andina. Una lectura antropológica del Taki Onqoy liberador
by Ranulfo Cavero
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عنوان فارسی: اهلی شدن استعمار و مقاومت آند. |
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o readaptaciones de un ceremonial que creció al lado de la evangelización española,
adaptándose y transformándola. Es por eso que en sus páginas figuran: el ritual del
Toro Velay en la fiesta patronal de San Bartolomé, el YarqavAspiy o fiesta del agua, los
ritos funerarios y los danzantes de tijeras de Corpus Christi. El estudio de la vida festiva le ha permitido ver el comportamiento ceremonial de comunidades generalmente
dispersas en sus labores agrícolas. Esta rutina se interrumpe en los días del santo patrono, cuya imagen identifica al pueblo y en cuyo honor los indígenas abandonaron sus
gastadas ropas de faena, y cubiertos de máscaras y disfraces multicolores convierten los
espacios centrales de los pueblos en territorio sagrado. Por allí transitará la imagen, se
quemarán los fuegos artificiales, se bailará al compás de bandas y orquestas, y se caminará al ritmo de las procesiones, que reúnen a los habitantes y a los peregrinos, que
habitualmente llegan de tierras lejanas para participar en las celebraciones.
En esta observación, Cavero privilegió el estudio de los danzantes de tijeras por
razones muy concretas. Veinte años después de la persecución del Taki Onqoy, el R. P.
Bartolomé Alvarez encontró una versión del movimiento que había perdido su contenido ideológico, pero que conservaba el ritual. Sus seguidores, que seguían llamándose “taqui ongos”, bailaban en lugares ocultos de manera desenfrenada, hasta caer
exhaustos, casi sin vida. Esta prolongación del suceso de 1565 hace pensar que de
alguna manera los bailes de competencia conocidos como “danza de tijeras” están relacionados con el viejo ritual. Así lo intuyó Sara Castro-Klarén, cuando en 1989 escribió
un señero ensayo comparando al Taki Onqoy con el relato que José María Arguedas tituló “La agonía de Rasu Ñiti». Publicado al año siguiente, el artículo de Castro–Klarén
ha precipitado una serie de debates, que sin embargo parecen coincidir en la certeza
de su perspicacia.
Ranulfo concluye su libro con una aproximación muy completa a las calidades
panamericanas del mesianismo y a sus raíces coloniales, demostrando en esta parte
una erudición poco común y unas lecturas cuidadosamente seleccionadas. A partir
de ellas, el autor puede comparar la información peruana con un amplio espectro de
movimientos mundiales que le permiten ver su información saliéndose de ella, actuando como un observador ajeno, que puede evaluar las doscientas noventa páginas que
precedieron a sus conclusiones.