دانلود کتاب Dos discursos edificantes de 1843: "En la espera de la fe" y "Todo don bueno y toda dádiva perfecta viene de lo alto"
by Soren Kierkegaard
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عنوان فارسی: دو سخنرانی برجسته در سال 1843: "در انتظار ایمان" و "هر هدیه خوب و هر هدیه کامل از بالا می آید" |
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جزییات کتاب
ocho, se remonta a los inicios de 1843. A1 escribirlos, Søren
Kierkegaard tuvo en mente principalmente a su fallecido padre,
a quien dedica el libro y a Regina, "mi lector”. En su Diario
escribió: 'Si prescindiendo de la relación con Dios, alguien me
preguntara cómo he podido convertirme en el escritor que soy,
le respondería: ‘se lo debo a un anciano por quien siento el
mayor reconocimiento, y a una jovencita por quien me siento
aún más obligado. Por eso, también me parece que mi naturaleza
es el producto de una síntesis de vejez y de juventud, de
rigor invernal y de dulzura estival.'
A pesar de tratarse de dos joyas de discurso filosófico-religioso,
de mostrar la aguda penetración psicológica de su autor, y contener
diversos elementos filosóficos y retóricos típicamente kierkegaardianos,
la acogida de los Dos discursos edificantes en su
época no fue muy buena, a difererencia de La alternativa ("Aut-Aut"),
publicada meses antes. El mismo Kierkegaard afirma: “Nadie advirtió
seriamente los Dos discursos o se preocupó de ellos.
Recuerdo incluso que uno de mis conocidos vino a verme con
la queja de que había comprado el libro de buena fe convencido
de que, puesto que era mío, tenía que ser algo ingenioso e inteligente.
Recuerdo lambién que yo le prometí que si lo deseaba
podía reclamar el dinero. Ofrecí al mundo La alternativa con la
mano izquierda, y con la derecha los Dos discursos edificantes,
pero todos, o casi todos, asieron con sus diestras lo que yo sostenía
en mi siniestra.
Kierkegaard se pregunta si hay algo más altó
que el agradecimiento. El hombre —dice— cuando desea dar
gracias ama de acuerdo a su propia perfección. Pero un hombre
ama verdaderamente a Dios cuando lo ama de acuerdo a su
propia imperfección. Éste —concluye— es el amor que nace del
arrepentimiento. Éste es el amor más fiel y más ferviente, pues
en el arrepentimiento es Dios quien ama al hombre. En el
arrepentimiento el hombre recibe todo de Dios incluyendo la
acción de gracias que le trae.
Las categorías de tiempo y eternidad constituyen uno de los
temas centrales del pensamiento de Kierkegaard; muchas de
sus nociones ontológico-existenciaks y psicológico-existenciales
están estrechamente vinculadas a estas categorías. Una de las
manifestaciones del espiritu humano es su apertura a lo temporal.
poderse preocupar por el futuro es algo que nos distingue
de otros animales; asimismo, la estrecha relación entre la
contingencia y la temporalidad llevan a la conciencia humana a
la angustia, pero también a la relación con la eternidad y a
Dios como fundamento de esa relación.
En el primer discurso "con ocasión del año nuevo", Kierkegaard
presenta algunos puntos importantes de esta categoría de
tiempo y eternidad, que se mantendrán constantes en toda su
producción posterior. “Un año ha transcurrido, otro ha comenzado
en el cual nada ha sucedido todavía; el pasado ha concluido,
el presente no, el porvenir aún no existe."
En este sentido el segundo discurso es continuación del primero:
"Abres tu amorosa mano y llenas de bendiciones a todo
lo que vive. Y si a veces pareciera que tu mano se aleja de nosotros,
¡oh!, entonces sabemos que es porque la cierras, la cierras
únicamente para guardar la más abundante bendición en ella,
la cierras únicamente para abrirla otra vez y llenar de bendiciones
a todo ser viviente.”
¿Qué significa
—pregunta Kicrkegaaid—que “todo don bueno y toda dádiva
perfecta viene de lo alto"? “Todo don bueno" significa que el
don es fruto sólido y santo, que no trae nada malsano o nocivo.
“Toda dádiva perfecta" significa la relación en la que, con
la ayuda de Dios, el don bueno entra en relación con el individuo
que lo recibe. El bien no puede ser nocivo para él. ‘El don
es de arriba y baja del Padre de las luces.” “Es hermoso que
Dios no quiera mostrarse ante mi en las cosas visibles,
nos separamos para volvernos a encontrar; no puedo desear
siempre ser un niño que cada día exija pruebas, signos y prodigios.
Y siendo aún niño, no podría amar con todas mis fuerzas y con
toda mi alma. Ahora estamos separados, no nos vemos lodos los días
y nos encontramos sólo en secreto, en el instante victorioso
de la espera llena de fe.”